¿Cómo nació la leyenda?
Se cree que hace 600 años, hubo un príncipe llamado Vlad que nació en Transilvania, Rumania. ¿Pero cómo era Vlad físicamente? No era muy alto, pero sí muy vigoroso y robusto, con una nariz grande y aguileña en medio de una mirada cruel y feroz, con pestañas muy largas. La piel de su rostro era delgada y rojiza. Tenía un cuello muy grueso y los hombros anchos, sobre los que caía su larga melena negra y rizada.
Se cuenta que solía castigar brutalmente a sus enemigos: les quitaba la piel, los hervía, los ahorcaba, los quemaba, los freía y enterraba vivos. Su diversión era el empalamiento, es por eso que lo llamaban “el empalador”. Sin embargo, su apellido “Draculea” (Diablo) los heredó de su padre, quien pertenecía a la Orden del Dragón.